Según los planes del Gobierno de Mariano
Rajoy, expresados en el Real Decreto Ley 16/2012 de abril de medidas urgentes
para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la
calidad y seguridad de sus prestaciones, los 9,7 millones que el Sacyl se gastó
en Burgos el año pasado (exactamente 9.712.597,72 euros) en transporte
sanitario, productos dietoterápicos, vehículos para personas con discapacidad y
prótesis se van a quedar en mucho menos dado que son estos los capítulos en los
que se va a aplicar el denominado copago, es decir, que los usuarios van a
tener que abonar una parte de su coste.
El gerente de Salud de Área de Burgos, Teófilo Lozano, dijo que aún es pronto para saber en cuánto se recortarán estas prestaciones ya que hay un periodo de seis meses para ajustarlo, es decir, que aún se desconoce cuánto tendrán que pagar los pacientes burgaleses que necesiten determinados productos dietéticos o ser transportados en ambulancia de un hospital a otro o de su domicilio a un centro sanitario a recibir algún tratamiento o colocarse una prótesis.
Según datos facilitados por la propia Gerencia, en 2011 se gastaron 5,5 millones de euros en transporte sanitario no urgente, que incluye, entre otros servicios, el traslado ente hospitales o desde el domicilio de pacientes oncológicos, de diálisis o de rehabilitación que tengan que recibir sus tratamientos. En este sentido, Lozano aseguró confiar en que este tipo de enfermos «tenga un tratamiento especial teniendo en cuenta sus circunstancias de salud y económicas».
A lo largo de todo el año se recibieron 3.509 solicitudes entre las ortoprótesis (las más frecuentes son de mama, de miembros inferiores y de columna) y los vehículos para personas con discapacidad (sillas de ruedas) que supusieron un total de 603.353 euros.
En el apartado de los dietoterápicos (alimentos para usos médicos especiales) el gasto fue de 3,5 millones de euros. Los pensionistas fueron los que más envases consumieron -20.194 por algo más 2,8 millones- mientras que los activos gastaron 7.646 que costaron 672.000 euros. Entre estos se encuentran los productos de nutrición enteral para pacientes con alteraciones mecánicas o neuromotoras para la deglución o el tránsito y que necesitan una sonda, para los que como consecuencia de su enfermedad tienen unos requerimientos especiales de nutrientes, o incluso para quienes padecen desnutrición. En este mismo epígrafe se encuentran los productos destinados a personas con trastornos metabólicos.
Es el transporte sanitario no urgente el que eleva la minuta de estas prestaciones ya que el Sacyl burgalés se gastó en este particular 5,5 millones de euros el año pasado. El número de pacientes trasladados fue de 42.015 (teniendo en cuenta que muchos de ellos necesitan este servicio periódicamente) entre las ambulancias de soporte vital avanzado, las convencionales y las colectivas, aquellas que llevan a varios pacientes a la vez.
El gerente de Salud de Área de Burgos, Teófilo Lozano, dijo que aún es pronto para saber en cuánto se recortarán estas prestaciones ya que hay un periodo de seis meses para ajustarlo, es decir, que aún se desconoce cuánto tendrán que pagar los pacientes burgaleses que necesiten determinados productos dietéticos o ser transportados en ambulancia de un hospital a otro o de su domicilio a un centro sanitario a recibir algún tratamiento o colocarse una prótesis.
Según datos facilitados por la propia Gerencia, en 2011 se gastaron 5,5 millones de euros en transporte sanitario no urgente, que incluye, entre otros servicios, el traslado ente hospitales o desde el domicilio de pacientes oncológicos, de diálisis o de rehabilitación que tengan que recibir sus tratamientos. En este sentido, Lozano aseguró confiar en que este tipo de enfermos «tenga un tratamiento especial teniendo en cuenta sus circunstancias de salud y económicas».
A lo largo de todo el año se recibieron 3.509 solicitudes entre las ortoprótesis (las más frecuentes son de mama, de miembros inferiores y de columna) y los vehículos para personas con discapacidad (sillas de ruedas) que supusieron un total de 603.353 euros.
En el apartado de los dietoterápicos (alimentos para usos médicos especiales) el gasto fue de 3,5 millones de euros. Los pensionistas fueron los que más envases consumieron -20.194 por algo más 2,8 millones- mientras que los activos gastaron 7.646 que costaron 672.000 euros. Entre estos se encuentran los productos de nutrición enteral para pacientes con alteraciones mecánicas o neuromotoras para la deglución o el tránsito y que necesitan una sonda, para los que como consecuencia de su enfermedad tienen unos requerimientos especiales de nutrientes, o incluso para quienes padecen desnutrición. En este mismo epígrafe se encuentran los productos destinados a personas con trastornos metabólicos.
Es el transporte sanitario no urgente el que eleva la minuta de estas prestaciones ya que el Sacyl burgalés se gastó en este particular 5,5 millones de euros el año pasado. El número de pacientes trasladados fue de 42.015 (teniendo en cuenta que muchos de ellos necesitan este servicio periódicamente) entre las ambulancias de soporte vital avanzado, las convencionales y las colectivas, aquellas que llevan a varios pacientes a la vez.
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