La titular del Juzgado de lo Penal
número 1 de Burgos considera que los padres han cometido un delito de abandono
de menores por permitir las reiteradas faltas a clase
Privar
a los hijos de un derecho fundamental como es la educación tiene castigo. Las
autoridades educativas y el Ministerio Fiscal siguen dando pasos firmes en la
lucha contra el absentismo escolar. Ya no es suficiente con que los menores
estén escolarizados hasta la edad obligatoria, sino que los progenitores tienen
la obligación de asegurar su asistencia a clase.
La jueza del Juzgado de lo Penal número1 ha condenado a un padre y a una madre a pagar
una multa de 720 euros cada uno (1.440 en total ) por un delito de abandono de
familia al no llevar a su hija de forma regular al colegio. Los condenado
podrán abonar la sanción en 10 plazos de 72 euros cada uno.
La sentencia considera probado que C.E.P. y M.E.J.P., actuando de común acuerdo y conociendo la obligatoriedad de la educación y el derecho de su hija a ella, permitieron que la menor faltara sin causa justificada primero al colegio y luego al instituto en los que estaba matriculada durante cuatro cursos escolares.
Según la relación aportada en el juicio, la chica faltó a clase 110 días del curso 2004-2005 y 111 del curso 2005-2006 (hay 175 días lectivos). También se considera probado que durante el curso 2007-2008 no acudió al colegio durante todo el mes de octubre, al tener que ir con la familia a realizar actividades laborales como temporeros sin que recibiera educación en el lugar de destino, el 20% de los días lectivos de noviembre y diciembre, así como la mayor parte de los días de los meses de enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio.
La misma situación se volvió a repetir durante el curso 2008-2009 con ausencias reiteradas desde el mes de noviembre de 2008 hasta junio de 2009, mes en el que no acudió ningún día.
La jueza del Juzgado de lo Penal número
La sentencia considera probado que C.E.P. y M.E.J.P., actuando de común acuerdo y conociendo la obligatoriedad de la educación y el derecho de su hija a ella, permitieron que la menor faltara sin causa justificada primero al colegio y luego al instituto en los que estaba matriculada durante cuatro cursos escolares.
Según la relación aportada en el juicio, la chica faltó a clase 110 días del curso 2004-2005 y 111 del curso 2005-2006 (hay 175 días lectivos). También se considera probado que durante el curso 2007-2008 no acudió al colegio durante todo el mes de octubre, al tener que ir con la familia a realizar actividades laborales como temporeros sin que recibiera educación en el lugar de destino, el 20% de los días lectivos de noviembre y diciembre, así como la mayor parte de los días de los meses de enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio.
La misma situación se volvió a repetir durante el curso 2008-2009 con ausencias reiteradas desde el mes de noviembre de 2008 hasta junio de 2009, mes en el que no acudió ningún día.
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