Como ya ha ocurrido con las becas de los estudiantes, el Gobierno planea ahora endurecer el acceso de los dependientes a una
ayuda elevando los puntos de corte que se necesitan para ello. Si antes bastaban
25 (en una escala del 1 al 100) para ser considerado persona dependiente, ahora
ese nivel probablemente se eleve. ¿Hasta dónde? No se ha concretado, pero en
los grupos de trabajo organizados por el Imserso e integrados por
representantes de las comunidades así se ha propuesto.
Fueron las comunidades de Murcia y Galicia las que se
encargaron de proponer esta medida. Y así la pudieron escuchar todos los
directores generales de la Dependencia reunidos este jueves y vienes en Toledo.
Murcia ha llegado a proponer que el corte esté en los 65 puntos. Eso dejaría
fuera a más de la mitad de los dependientes que hasta ahora entran al sistema.
Desde luego a los de grado moderado (de 25 a 49 puntos), pero también a muchos
de los de grado severo. Prácticamente quedarían solo los grandes dependientes.
Pero en la reunión no se concretó finalmente una cifra. En todo caso, las
comunidades no tienen capacidad económica para que les exijan grandes milagros,
así que cualquier recorte en esta ley puede aliviar su carga a menos que
reciban financiación extra, justo lo contrario que ha ocurrido con los
Presupuestos Generales del Estado, donde se ha caído una partida entera de 283
millones.
En la reunión del jueves y este viernes por la mañana,
a la que acudieron los directores generales sin un solo documento por escrito
—se presentó como una jornada de reflexión—, se planteó también impedir que una
persona con discapacidad perciba más de una ayuda de las previstas por la ley.
En muchas comunidades son compatibles varias prestaciones, por ejemplo, unas
horas de ayuda a domicilio y la estancia en un centro de día. La previsión es que
esto deje de ocurrir salvo con la teleasistencia, que seguirá siendo compatible
con todo. La teleasistencia no es más que un dispositivo electrónico para pedir
socorro si el anciano que vive solo sufre algún percance. En principio puede
parecer lógico que quien tiene una ayuda no reciba otra, pero las situaciones
son complejas. En un matrimonio de ancianos, uno de ellos puede ir a un centro
de día pero, a la vez, necesitar ayuda para levantarse, subir al autobús y
acostarse, apoyo que la mujer o el marido, también anciano, no puede prestarle.
En situaciones así, el centro de día se complementaba con alguna hora de ayuda
a domicilio. Esto va camino de desaparecer.
Esta ley la deberian de estudiar bien,porque hay gente que se esta aprovechando de ella, personas que cobran y apenas estan en casa con el usuario y asi nos va, yo conozco bastantes domicilios en k el hijo/a cobran sus 400 euros mínimo y encima cotizando a la seguridad social como si estuvieran trabajando y ellos aparecen en la casa del familiar afectado 1 o 2 veces a la semana y la persona pudiendose valer por si misma con 65 años, esta ley tiene mucha trampa y hay que empezar a recortar, estoy de acuerdo.
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