Cinco meses lleva en marcha la oficina de apoyo a las víctimas de violencia juvenil y el equipo psicológico no ha atendido ningún caso ni ninguna consulta en todo este tiempo, según señala la concejal de Juventud, María José Abajo, de quien depende este servicio. El 21 de octubre del pasado año, el alcalde, Javier Lacalle, recibía la visita de los padres y amigos de Sergio Izquierdo, el joven en coma tras la agresión que sufrió en Las Llanas en 2010, y se comprometía a poner en marcha esta iniciativa.
Pero a la luz de los datos no ha tenido mucho éxito, bien porque las víctimas de peleas en zonas de copas y sus familias no necesitan atención de ningún tipo o bien por la escasa repercusión que ha tenido la puesta en marcha de este servicio. Hay que recordar que no dispone de una sede física. Para dar apoyo psicológico a los afectados, el Ayuntamiento amplió el convenio de colaboración que mantenía con el colegio profesional burgalés e incrementaba de 4.000 a 12.000 euros el importe económico del acuerdo. Ahora bien, explica Abajo que no percibirán toda esa cantidad si no reclaman sus servicios, devolverán una parte, que la edil no sabe determinar, y se quedará otra «por disponibilidad». Los profesionales pueden ser avisados las 24 horas del día los siete días de la semana.
Las familias no pueden contactar con los psicólogos directamente. La Policía, el hospital Yagüe o incluso el juzgado disponen del número del profesional de guardia para darle el aviso en caso de que los afectados o sus familiares soliciten su atención. Dos psicólogos del Colegio se dedicarán a esta tarea y siempre hay uno de guardia.
La creación de este servicio responde a la petición de los familiares y amigos de Sergio Izquierdo, el joven que permanece en coma tras ser agredido el 26 de diciembre del pasado año en Las Llanas.
Dicha oficina nació coja, sin cumplir del todo las expectativas de quienes solicitaron su creación. La que parecía que iba a ser una entidad municipal donde se centralizarían los servicios necesarios para atender a familiares y amigos afectados por una agresión dista mucho de serlo. El proyecto del Consistorio no incluye ningún servicio de asesoría legal, que las víctimas y allegados pudieran utilizar para dar los primeros pasos desde el punto de vista familiar.
La puesta en marcha de esta oficina es solo una parte del programa que la Concejalía de Juventud está diseñando para intentar erradicar la violencia de las zonas de copas de la ciudad. En este sentido, este departamento está elaborando un programa educativo y una guía para formar a profesores de educación primaria y secundaria, a fin de que puedan dar charlas sobre este tema en sus centros. «La prevención es lo más importante para acabar con este fenómeno», señala Abajo.
En el diseño de este material educativo están participando numerosos agentes, entre los que se encuentran profesores universitarios, la Fiscalía de Menores, expertos en prevención y juristas. La idea es formar a educadores, «con el fin de que éstos después transmitan sus conocimientos a los alumnos en las aulas de los centros educativos».
Las familias no pueden contactar con los psicólogos directamente. La Policía, el hospital Yagüe o incluso el juzgado disponen del número del profesional de guardia para darle el aviso en caso de que los afectados o sus familiares soliciten su atención. Dos psicólogos del Colegio se dedicarán a esta tarea y siempre hay uno de guardia.
La creación de este servicio responde a la petición de los familiares y amigos de Sergio Izquierdo, el joven que permanece en coma tras ser agredido el 26 de diciembre del pasado año en Las Llanas.
Dicha oficina nació coja, sin cumplir del todo las expectativas de quienes solicitaron su creación. La que parecía que iba a ser una entidad municipal donde se centralizarían los servicios necesarios para atender a familiares y amigos afectados por una agresión dista mucho de serlo. El proyecto del Consistorio no incluye ningún servicio de asesoría legal, que las víctimas y allegados pudieran utilizar para dar los primeros pasos desde el punto de vista familiar.
La puesta en marcha de esta oficina es solo una parte del programa que la Concejalía de Juventud está diseñando para intentar erradicar la violencia de las zonas de copas de la ciudad. En este sentido, este departamento está elaborando un programa educativo y una guía para formar a profesores de educación primaria y secundaria, a fin de que puedan dar charlas sobre este tema en sus centros. «La prevención es lo más importante para acabar con este fenómeno», señala Abajo.
En el diseño de este material educativo están participando numerosos agentes, entre los que se encuentran profesores universitarios, la Fiscalía de Menores, expertos en prevención y juristas. La idea es formar a educadores, «con el fin de que éstos después transmitan sus conocimientos a los alumnos en las aulas de los centros educativos».
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